André Blake

Andre B

ESTUDIOS CURSADOS:

  • Grado: Médico, Facultad de Medicina U. B. A.
  • Postgrado: Médico especialista universitario en psiquiatría, Unidad docente Prof. Matterazzi. (UBA), (Título de especialista Universitario y del Ministerio de Salud).
  • Postgrado: Médico especialista universitario en salud pública, Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, U.B.A.
  • Maestría: Salud Pública y Administración en Servicios y Sistemas de Salud. Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina

ACTIVIDAD DOCENTE:

  • “Atención Primaria de la Salud, y El desafío de la Post-Pandemia y la incorporación de las nuevas tecnologías sanitarias” U. Barceló 2022.
  • Doctorado de psicología en Neurociencia cognitiva aplicada, orientación Neurofarmacología, docente U. Maimonides 2013 -2022.
  • Doctorado de psicología Neurociencia cognitiva aplicada, orientación Neuropsiquiatría, docente U. Maimonides 2013 - 2022
  • Salud Pública, Facultad de Medicina UBA, jefe de Trabajos prácticos 2007 -2019
  • Psiquiatría, Facultad de Medicina UBA, Ayudante de 1º por concurso desde 1997 - 2012.

FUNCIÓN PÚBLICA

  • Dir. Nacional de Salud Mental MSAL 2016-2018
  • Coordinador de Redes Integradas de Salud Mental, G.C.B.A. 2012 – 2016
  • Coordinador del primer nivel de atención en la región sanitaria I de la C.A.B.A. 2009 - 2012
  • Representante por el ministerio de salud de la CABA, ante la comisión mixta (Salud-Educación) de adecuación de programas de formación, dependientes del MSAL, de pre y post grado. 2003-2007.
  • Director Nacional de Acciones Compensatorias y promoción de la salud. 2001-2002
  • Auditor por el ministerio de salud de la nación ante el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) 2001-2002
  • Jefe de gabinete de Atención Primaria de la Salud, ministerio de Salud de la nación, 1999-2001

Abstract:

LA IMPORTANCIA DE EVALUAR LA CALIDAD DE LOS PROCESOS DE ASISTENCIALES EN SALUD MENTAL Y ADICCIONES

La Argentina tiene una distribución geográfica de recursos humanos muy dispar con una distribución de los recursos físicos asimétricos, generando una diferencia significativa en la calidad de los servicios de salud mental entre las provincias y dentro de las mismas. Y lo mismo se reproduce en los diferentes subsectores, estatal, seguridad social y privada, que se manifiesta en diferentes escollos de accesibilidad. Tanto en dificultades en accesibilidad geográfica, dificultades de disponibilidad, dificultades socioculturales, dificultades administrativas, dificultades económicas, ya que cada entidad desarrolla su formato administrativo y para el acceso a las consultas, y además dentro de cada subsistema de salud en sí mismo, cada proceso de derivación es diferente.

La ausencia de guías clínicas de las sociedades científicas, psiquiátricas, psicoterapéuticas, de terapia ocupacional, de enfermaría, de servicio social, entre otras, para la orientación de la práctica diaria; dificulta además las decisiones clínicas sobre los procesos de calidad asistencial centradas en el paciente y la coordinación de los equipos, quedando librada a cada lugar de trabajo, en lugar de formar parte de un consenso interinstitucional con criterios más claros de trabajo transversal a todo el sistema. Cada servicio de salud mental, y cada profesional, utiliza su propio criterio asistencial y modalidad de abordaje terapéutico para problemas similares generando inequidad en la provisión de los tratamientos que se brindan. Ningún subsistema, garantiza que el tratamiento que se brinda en una institución de su red, sea igual o de similares características de otra institución.

La calidad es un requisito insatisfecho en los servicios de salud mental. Esto se puede lograr a través de un proceso a lo largo del tiempo que requiere de planificación estratégica, una evaluación de monitoreo y el desarrollo de programas de mejora continua en los servicios de salud mental brindados a la población, más allá del lugar donde se atiendan y el tipo de cobertura que tengan. Junto con, evaluación cualitativa y cuantitativa de la calidad asistencial, para facilitar la intervención de políticas públicas para garantizar el acceso universal y equitativo de la población.

La evaluación y medición de la calidad es un requisito necesario y previo a cualquier plan de mejora. Se trata de un proceso dinámico que además debería desarrollar una cultura interna y un proceso regulador externo que permita establecer homogeneidad y coordinación entre los diferentes subsistemas.

Esto es un proceso complicado ya que hoy no hay un lenguaje científico técnico al respecto, objetivos y prioridades comunes establecida actualmente en el sistema y por ende no contamos con ejemplos en este área, y para la mayoría de los distritos y subsistemas, incluso para aquellos que son más desarrollados, claramente hay necesidades insatisfechas que resolver, y la primera en adaptar modelo del exterior a la realidad nacional, considerando que se parte desde cero, sin una cultura de calidad instaurada y con una cultura donde la medición está asociada a la auditoría con objetivos sancionatorios del recurso humano, lo cual incentiva a oponerse a este tipo de cambios culturales. Ya que la calidad requiere la identificación del error con el propósito, no de sancionar, sino de aprender y corregir.

La creación de una AGENCIA NACIONAL DE SALUD MENTAL Y ADICCIONES, que reúna todas estas necesidades y coordine las políticas de las diferentes jurisdicciones y subsistemas, aunando criterios y facilitando la accesibilidad al sistema de salud de la población, brindaría información, normas de garantía de calidad para las personas, aprendizaje para el recurso humano, desarrollo de investigación y cuidado de los derechos de los sujetos que requieren de atención.

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