Chile tiene una de las tasas más altas de consumo de alcohol per cápita en las Américas. La política para reducir los daños relacionados con el alcohol a menudo se enfrenta a la resistencia de la industria del alcohol, los responsables de la formulación de políticas y el público.

Esta revisión, publicada en el Journal of Addiction, proporciona un análisis de las leyes promulgadas y propuestas de políticas nacionales de alcohol en Chile.

La información sobre las leyes propuestas y promulgadas fue recopilada de la Biblioteca Nacional de Chile del Congreso, los sitios web de la Cámara de Diputados y el Senado, los registros de investigación y sitios web de la base de datos de líneas de tiempo de la política de alcohol de la OMS y el Sistema Mundial de Información sobre Alcohol y Salud (GISAH), el Ministerio de Salud de Chile, el Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación de Drogas y Consumo de Alcohol (SENDA) y la Administración Tributaria chilena.

En total, los investigadores identificaron 229 leyes promulgadas, 138 leyes propuestas y 1538 registros de investigación.

Algunos de los hallazgos clave incluyen:

• La edad legal mínima para comprar alcohol se redujo de 21 a 18 años en 1993. La venta de alcohol a menores está prohibida y sancionada con penas de cárcel y multa.
• En 2014, una ley aumentó las sanciones contra los conductores ebrios responsables de lesiones graves o accidentes mortales.
• No existían políticas sobre precios mínimos de las bebidas alcohólicas, prohibiendo o restringiendo las promociones de precios, las ventas de descuento u otros tipos de ventas en volumen, ni los incentivos a los precios de las bebidas no alcohólicas. Tampoco hubo políticas para reducir o detener los subsidios a los productores de alcohol.
• Hasta la década de 1990, el enfoque con respecto al alcohol se centraba en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol. Esto se amplió más tarde para incluir bebedores problemáticos (de 1992 a 2005) y bebedores riesgosos en 2005.
• Chile reporta datos sobre el consumo per cápita de alcohol a la OMS. Sin embargo, no existe un sistema para informar periódicamente sobre el consumo de alcohol, la morbilidad y los daños o para supervisar el impacto de las intervenciones políticas.
• Hubo pocas evaluaciones de impacto y todas se centraron en las políticas de conducción bajo los efectos del alcohol.

Los autores concluyen que, aunque Chile ha promulgado políticas sobre el alcohol en todos los ámbitos políticos de la OMS, ha habido poca evaluación del impacto de las leyes.

En términos de investigación futura, los investigadores sugieren:

"Futuras investigaciones podrían explorar las fuerzas políticas que configuran la política de salud en Chile, evaluar la implementación y el impacto de las políticas nacionales de alcohol en el consumo de alcohol y los daños relacionados con el alcohol y documentar los esfuerzos a nivel subnacional"