Los primeros 90 días de tratamiento de adicciones: el rol de los grupos de apoyo para familiares

Fuente:

Rodríguez-Martín, B. C., Gallego-Arjiz, B., López-Ewert, P., Reguera-Errasti, J., De La Peña, M. Q., & Broche-Pérez, Y. (2019). Los primeros 90 días de tratamiento de adicciones: el rol de los grupos de apoyo para familiares. Revista inteRnacional de investigación en adicciones5(1), 6-14.

 

Resumen

 

Introducción: en el área de las adicciones, que un paciente pueda completar su tratamiento tiene notables implicaciones para su la calidad de vida, tanto desde el punto de vista clínico como social.

 

Objetivo: el presente estudio se realizó con el objetivo de explorar la interacción de los factores referidos al paciente y la incorporación de sus familiares en el plan terapéutico, con la finalización de los primeros 90 días de tratamiento.

 

Métodos: se realizó un estudio ex post facto retrospectivo con 234 pacientes entre 18 y 75 años, atendidos en la Fundación Recal en el período desde noviembre de 2014 hasta mayo de 2018. Para ello se registró un grupo de variables sociodemográficas y clínicas, de las que se analizó su interacción con la finalización o abandono del tratamiento, mediante la utilización de un algoritmo CHAID.

 

Resultados: la principal interacción detectada con la finalización del tratamiento fue la asistencia de los familiares a Grupos de Apoyo. A su vez, esta variable interactuaba con la presencia de antecedentes familiares de adiciones y el nivel educacional del paciente. El modelo obtenido es adecuado para clasificar la finalización del tratamiento, pero no así el abandono.

 

Conclusión: los resultados obtenidos brindan soporte a la importancia de introducir a la familia dentro de los planes terapéuticos del paciente, sobre todo en las etapas iniciales de su tratamiento.

 

Palabras clave: adicciones, recuperación de adicciones, familia, CHAID.

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En lo que respecta a la red de apoyo que representa la familia, considero que es un factor que debe fortalecerse a lo largo del proceso terapéutico al igual que el círculo de amistades y quizás la red del trabajo ya que finalmente el individuo está rodeado de gente y es prudente que las personas sepan su condición tanto para ayudarlo en momentos de crisis y también no fomentar las recaídas; esto con el debido acompañamiento del terapeuta.

Sabemos que hay factores del individuo que son difíciles de modificar, pero lo que se puede hacer es crear una red grande de personas que apoyen a la causa y canalicen la necesidad de consumir a otro tipo de actividades (por ejemplo, invitar a la persona a correr, a museos, a hacer ejercicio, etc.) esto con el fin de poder beneficiarse en vez de afectar su salud.

Se mencionan dos elementos de los que pocas veces se hablan y me atrevería a decir que son pocos conocidos en este tipo de procesos: la psicoeducación y la terapia familiar, ya que estas situaciones no solo son desgastantes para la persona que sufre alguna adicción, también lo es para sus seres queridos porque también lidian con la situación de manera exterior. También es de bastante ayuda acudir a grupos de apoyo ya que se pudieran auxiliar de las otras personas a través de consejos o al platicar diversas situaciones que pudieran coincidir.

Concuerdo contigo, en el sentido, de que no solo es contar con el apoyo de los familiares, claro, si es alguien de menor edad, su familia es fundamental que este en grupos de ayuda, grupos terapéuticos y terapia familiar,  ya que es un sistema, que para funcionar adecuadamente, necesita de todos sus miembros. Pero, también es importante ampliar sus redes, nuevas amistades, nuevas personas, que entre si, sean un sostén, una red, que desde luego, llevara su proceso. 

 

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El artículo muestra la alta correlación entre la asistencia de la familia a grupos de apoyo y la finalización del tratamiento de los usuarios; igualmente se tienen en cuenta otras variables que también tienen su incidencia en el logro, por ejemplo, los antecedentes de consumo familiares y el nivel educativo alcanzado por el usuario. Me pregunto si obtendríamos los mismos resultados, si el programa estuviera dirigido a personas privadas de libertad, donde en muchos casos los vínculos familiares se han roto, terminando la persona en la calle y luego en prisión; y en otros tantos las familias no solo tienen antecedentes de consumo, sino que también se dedican a la venta de drogas. Estos factores se combinan además, con bajos niveles educativos de los usuarios y varios ingresos al sistema. ¿Cómo jugaría en este contexto la presencia o ausencia de apoyo familiar en el transcurso de un programa residencial de tratamiento? 

 

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 Es muy importante que el familiar acuda a un grupo de autoayuda, en especial los mas cercanos al paciente o con quien conviva mas, para que pueda tener un buen acompanamiento el paciente durante su tratamiento y pueda entender la familia mejor la enfermedad, existen ocasiones que la faamilia se deslinda del paciente culpandolo de todo sin saber que el es el sintoma de la enfermedad y todos necesita ayuda para asi el paciente pueda tener una red de apoyo ya cuando la familia conoce la enfermedado la manera de ayudarlo es mas facil que culpandolo de todo.

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Diversas investigaciones han tratado de explorar porque algunos individuos desarrollan una adecuada adherencia para atender sus problemas de salud, entre ellos los procesos terapéuticos relacionados a los tratamientos en adicciones, sin embargo, hay otros que no logran tratamientos efectivos, aunque se han explorado diversos caminos, los principales intentos han consistido en buscar variables que expliquen dicho fenómeno una de esas variables es el apoyo social.

En este sentido el hecho de incorporar a las familias en el proceso terapéutico, resulta una variable de suma importancia, aunque sabemos que en muchas ocasiones, estos pacientes que están en tratamiento de adicciones provienen de familias desestructuradas, si logramos incorporarlas al proceso, esto resultará en beneficio no solo del paciente, sino de la misma familia.

Considero que durante estos procesos se puede lograr empatía, procesos de comunicación asertiva, manejo adecuado de conflictos y herramientas que permitan establecer habilidades para mejorar el entorno familiar y por ende mejor calidad de vida para los pacientes.

Es un tema complejo, como señalas hay diversos estudios que intentar identificar las variables predictores de una mayor adherencia al tratamiento, y el apoyo social, en particular el apoyo de la familia,  parece una variable fácil de suponer para explicar el éxito en el tratamiento,  sin embargo también hay evidencia en el sentido opuesto, donde se observa que el apoyo familiar puede ser predictor de menor apego al tratamiento... definitivamente hay mucho aún por entender, pero lo que si está claro es que las variables sociales tienen un papel de suma importancia en este tema.

Josselyne, lo que comentas es muy importante, en ocasiones las personas que consumen sustancias no cuentan con una red familiar, no obstante, en el tratamiento también se pueden incluir otros significativos, por ejemplo: amigos, compañeros de trabajo, etc. 

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Facilitar procesos de tipo interno que lleven al individuo a generar alternativas individuales, familiares y sociales, para su mantenimiento en sobriedad.

Que la familia dé cuenta de sus posibles implicaciones en esas relaciones, funcionales y no.

Hacer notar la resistencia al cambio del codependiente y lo que harán para sabotear de manera inconsciente, ésto es fundamental en la prevención de recaídas.

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Innegablemente las redes de apoyo, en especial el grupo familiar, son un factor de peso en el tratamiento de las adicciones, pues además de ser un factor protector o un factor de riesgo, influyen en que la persona se mantenga o abandone el tratamiento (inclusive algunas familias sabotean el proceso del paciente) para cesar su conducta de consumo.

En la actualidad existen diversos tipos de familia, cada una con sus particularidades, con sus fortalezas y carencias, las cuales se deben tomar en cuenta para la realización de una intervención, al igual que el contexto económico, social y demográfico en que están inmersas, las creencias y las perspectivas que tienen respecto al tema de las drogas, antecedentes de consumo de otros miembros del grupo familiar, entre otros, influirán en el proceso terapéutico.

Como bien señala el artículo, para propiciar la recuperación se puede recurrir (y a mi parecer sería lo ideal) acudir a grupos de apoyo multifamiliares, psicoeducación y/o terapia de familia, pues mediante estos se puede comprender mejor la situación que traviesan, lo mismo sucede con las etapas de cambio por las que transitará su familiar, así como adquirir conocimientos y habilidades que ayuden a la persona con problemas de adicción a lograr sus metas. En definitiva el rol de los grupos de apoyo familiar es una variable a considerar y un elemento decisivo en el tratamiento de las adicciones.

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Las diversas investigaciones y experiencias desde diferentes corrientes psicológicas en el área de las adicciones muestran que la suspensión del consumo de sustancias psicoactivas en las personas que viven esta problemática implica un profundo y complejo proceso, tal como en las otras etapas.  Evitar las recaídas y mantenerse en la abstinencia presenta sus particularidades y cuando hablamos de individuos sus singularidades. De tal manera surgen algunas inquietudes, al hablar de temporalidad es difícil considerar que de forma general se podría considerar que 90 días de tratamiento en la fase 1 tal y como se menciona en este estudio visibilice esas singularidades, entonces ¿este factor de tiempo delimitado a 90 días en esta fase 1 de la intervención podría ser un importante factor que condicione la comprensión de alcanzar la abstinencia? y ¿Cuál es el fundamento teórico de considerar 90 días en esa primera fase y su importancia?

Es interesante conocer que en este estudio solamente se consideró la asistencia de los familiares a los grupos de apoyo y no así los procesos y herramientas adquiridas y también que para ingresar al tratamiento se requiera un elevado deterioro en las relaciones familiares, en este sentido sería interesante el estudio entre la relación de la cura de los familiares y la cura del paciente, si se presenta una reestructuración en la dinámica familiar y de qué forma.

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El problema de las adicciones, como todos los trastornos mentales es también una enfermedad social y familiar. En este sentido, es un acierto el involucramiento de la familia no sólo como red de apoyo para el paciente, sino como un ente que también se beneficia de las intervenciones terapeuticas y grupos de ayuda mutua. Me parece que el artículo favorece esa visión al mencionar que la familia "se focaliza en su propia recuperación" para después ser un apoyo para el paciente. Finalmente los trastornos psicológicos se gestan en la familia, y el hecho de lanzar la estafeta a la familia para que también haya un trabajo terapeutico, de alguna forma disminuye la carga de la enfermedad en el paciente. Siempre me ha parecido acertado ver a la adicción como un síntoma familiar del que el paciente es portador, es por ello que el trabajo terapeutico de la familia resulta no sólo un complemento, sino un requerimiento y una necesidad que determina en buena medida, sin disminuir el trabajo individual del paciente, el éxito de un plan de tratamiento.

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Me parece muy valiosa la información aportada. Desde mi lugar de trabajo hemos observado que aquellos pacientes que ingresan a tratamiento residencial y cuyas familias o referentes socioafectivos no concurren a instancias de tratamiento como ser grupos de autoayuda o terapias familiares en general culminan en una especie de boicot al tratamiento de su familiar adicto luego de  culminada esa primera fase de tratamiento residencial. Dado q la familia que no realiza un tratamiento en paralelo continúa reproduciendo las mismas conductas, situaciones y formas de relacionamiento disfuncionales q incidieron en el consumo y en las recaídas de su familiar adicto! Y muy interesante como el apoyo familiar aumenta las probabilidades de culminación del tratamiento residencial y con mejor pronostico

Totalmente de acuerdo contigo Alejandra, si la familia no entra a un tratamiento a la par que el paciente residenciado, cuando éste regrese a casa encontrará el mismo contexto y será un factor de riesgo para una recaída. De aquí la importancia de que se hagan estos tipos de estudios que den cuenta de los factores involucrados en la finalización de los tratamientos y poder implementarlos en los planes de tratamiento, de tal manera que sean más exitosos. Pero además, no tendríamos que dejar de lado la perspectiva de género, para evaluar el porqué las mujeres tienen menos apoyo y participación de la familia o de personas significativas en el proceso de tratamiento, así como evaluar si su  permanencia y  finalización es el mismo que de los hombres. Sabemos que llegan menos mujeres a tratamiento por una cuestión de estigma, pero que pasa que son menos acompañadas que los hombres.

Alejandra, como bien comentas los hallazgos del estudio son importantes y nos da una directriz sobre la aplicación de intervenciones en familiares de personas que consumen sustancias.

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Considero que es un muy buen estudio, especialmente por la visualización estadística de la importancia de invitar y considerar a la familia en el proceso de tratamiento. Comprendiendo además, que las familias también sufren cambios en su dinámica debido al consumo de drogas de un integrante de su sistema familiar. Visualizarlos y hacerlos parte del proceso terapéutico también les permite a la familia sentirse apoyas y comprendidas, pues relacionarse con personas con consumo problemático de sustancias también es complejo, y así también comprender lo que significa el tratamiento, y el rol que ellos cumplen como red de apoyo. Por lo mismo, que existen respaldos de investigación cuantitativas respecto de la relevancia de esto, permite ampliar los ámbitos de intervención. 

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Comparto lo que exponen, la participación de la familia y/o referentes afectivos durante los primeros 90 días de tratamiento residencial favorecen la adherencia a los programas de rehabilitación. La terapia familiar sistémica realiza aportes en el abordaje terapéutico con familiares . Entendiendo que el contexto interpersonal y en especial  la familia desempeña un papel fundamental en el desarrollo del síntoma.  En el trabajo grupal con los referentes afectivos se trata de identificar e interrumpir  los patrones del ciclo sintomático tratando de que encuentren nuevas formas de relacionarse mutuamente. Promoviendo el diálogo, poniendo de manifiesto los conflictos encubiertos, desalentando el control promoviendo la comprensión y el cambio incondicional.  La construcción de nuevos relatos que permitan comprender que el problema afecta a toda la familia tratando de que los integrantes se unan en un esfuerzo común para superar el problema. También es una oportunidad de aprendizaje de nuevas formas de vinculación de reducir el aislamiento entre la familia extensa y la comunidad, establecer los puntos fuertes y normas que se puedan cumplir. Trabajar para recomponer los roles familiares.

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Un estudio que enfatiza la importancia de la asistencia de la familia a los grupos de apoyo como determinante en la conclusión del tratamiento del paciente. Deja abierta la puerta para ir más allá en la investigación sobre el papel de la familia en el tratamiento de adicciones y evaluar los procesos y herramientas que adquieren y si estos son determinantes en el éxito del tratamiento. Como terapeuta familiar me atrevería a decir que si son determinantes, sobre todo tratándose de adolescentes y jóvenes. Por lo que es importante brindar un tratamiento integral que incluya a la familia o personas significativas en la vida del paciente, incluyendo instituciones, es decir su red de apoyo. Como se menciona en el artículo finalizan con un mayor porcentaje quienes no tenían antecedentes genéticos, pero no se evalúa en contexto social y familiar que puede ser un factor de riesgo para ello. Si  se ve a la adicción como un síntoma de la dinámica familiar, entonces la intervención en esta dinámica se vuelve fundamental para el cambio en los patrones relacionales.

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El ser humano es un ser social, que necesita vivir en grupo. Muchas veces el consumo desustancias psicoactivas es aprendida desde el núcleo familiar, la familia cumple una función, en dar estructura a los niños. Si solo es atendida la persona que consume, y su dinámica familiar no se transforma, será muy difícil recuperar una salud mental. 

El trabajo grupal terapéutico es uno de los dispositivos más eficaces. Hay vínculos que se crean, se forma un red, existe un Otro para todos. 

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Desde mis experiencia trabajando en un centro de rehabilitación residencial puedo decir que es fundamental el apoyo de la familia o un regente socio afectivo, que realice en paralelo un tratamiento ya sea en grupos de auto ayuda o similares para que entienda lo que se trabaja con los usuarios en el centro. En algunas oportunidades donde la familia no acompaña  se observa una especie de boicot del tratamiento lo que lleva a que el resultado no sea el esperado. Si la familia continúa reproduciendo conductas , situaciones y formas  disfuncionales  de relacionamiento,  que probablemente colaboraron en el consumo del paciente, su tratamiento no tendrá éxito.