El uso de manuales de intervención por terapeutas clínicos

El uso de manuales de intervención por terapeutas clínicos:  este artículo me invita a reflexionar sobre el mecanismo de comunicación a utilizar con los colegas psicólogos para el logro de la adherencia al uso de los manuales. Con que instrucciones los psicólogos somos más adherentes?  con que instrucciones "somos más perceptivos" para una apertura en la práctica.

Al parecer al inicio de la práctica profesional, el psicólogo está más "apegado" a los manuales de intervención, y con la práctica se va separando de los manuales como efecto de la experiencia??  o será que el uso de los manuales contribuyen a una práctica eficiente que lleva a ser creativos y realizar ajustes pragmáticos de los mismos para mayor provecho en sus intervenciones breves???

Los Manuales de Intervención son utilizados para transferir conocimientos científico a la práctica clínica, que han sido empleadas como herramienta a lo programas de intervención y a su vez como instrumentos de apoyo para que así los terapeutas puedan brindar y logren ofrecer terapias efectivas a los usuarios de Salud Mental.

Sí bien es cierto que encontrar manuales de intervención  nos amplía mas nuestros conocimientos sobre ello; sin embargo hay una escaza disposición de uso por los profesionales porqué? por que que cuando da inicio a la práctica profesional sucede que estos manuales son como la salida para todo tipo de intervenciones, sin embargo en la práctica esto se va separando por el hecho de que muchas veces no se siguen los manuales como modelo si no más bien uno hace de la manera que mejor le convenga es ahí que necesitamos parar y ver lo todas las aportaciones e informaciones que podemos utilizar y a su vez que nos pueden contribuir aún mas de lo esperado, haciendo de ello una práctica eficiente  que nos permitan dar algún ajuste para el mismo y así poder brindar una mejor atención a usuarios. 

Es interesante conocer  que la mayoría de terapeutas reconoce la utilidad de los manuales de intervención terapeútica en la práctica clínica. yo estoy de acuerdo, un manual siempre es útil, y lo será mas aún para quienes inician su ejercicio profesional; porque te brinda pautas a seguir, incluso los temas a tratar con el usuario. 

Es entendible, que los profesionales por tener la espacialidad de promoción de la salud y prevención del comportamiento adictivo, conozca más de cerca las causas o factores de riesgo que tienen los usuarios; este conocimiento puede ser usado para profundizar o aumentar temas que ya están dentro del manual teapeútico. porsupuesto que ningún manual cubrirá todas las necesidades del usario, y esto es, porque cada persona es única y tiene una historia de vida particular.

Es interesante conocer la percepción de los profesionales en el uso de manuales de intervención. Concuerdo que son mas aceptados por profesionales que recién empiezan su práctica clínica como una herramienta que apoya su falta de experiencia, también creo importante que puedan ser adaptados a las condiciones de cada institución. Pueden ser  instrumentos que se complementen con las intervenciones que el terapeuta realiza en beneficio del usuario 

Buenas tardes un placer poder saludarles desde Asunciòn - Paraguay. Considero que los manuales de intervenciòn nos sirven en la practica clinica como instrumento de apoyo. Que para algunas situaciones son de mucha ayuda. El psicologo clinico no se limita solo a escuchar, si bien es cierto que la entrevista clinica es de extrema importancia. Los manuales de intervenciòn nos pueden brindar pautas a seguir o nos pueden ayudar a nosotros y a el usuario a identidficar mejor en que situacion emocional o de consumo se encuentra.

Buenos dias , saludos desde Paraguay.

 Considero que los manuales de intervenciòn son bastantes utiles para las situaciones que se van presentando el dia a dia , es un intrumento que ayuda al psicologo a poder tener mas herramientas que le conduce hacia un objetivo especifico , estos manuales de intervencion favorece a profundidad conocer mas a fondo al usuario de manera que se pueda tomar acciones adecuadas para la persona que acude al servicio, y de esta manera se pueda llenar las espectativas del paciente.

nosotros como profesionales debemos entender sobre la enfermedad, otorga “alivio” porque permite comprender los síntomas: cansancio, mucha sed, hambre, descenso de peso, visión borrosa, etc. El tratamiento mejora la adherencia al tratamiento y la aceptación de la misma que son condiciones necesarias para el cuidado de una enfermedad crónica. Por ejemplo una parte importante del éxito del tratamiento de la diabetes depende del modo que nos relacionamos y aprendemos a convivir con ella. La educación le permitirá adquirir las herramientas y habilidades que necesita para sentirse mejor.

El aspecto psicosocial es igualmente importante, algunas personas se quejan de la sobre protección por parte de la familia, es preciso que la familia se interiorice y encuentre la mejor manera de acompañar sin exagerar. Las personas que se hacen cargo de la enfermedad modifican sus hábitos y alcanzan las metas propuestas. Los miembros del equipo de salud (diabetólogo, nutricionista, psicólogo, enfermera, profesor de educación física) estamos para acompañar y asesorar.

Buenas noches desde Asunción, Paraguay.

La utilización de manuales de intervención por terapeutas clínicos es un tema de reflexión muy oportuno, ya que el trabajo que como terapeutas hacemos se puede ver favorecido, enriquecido por los contenidos de una Guía de orientación.  Coincido con que al inicio de la práctica profesional es más aceptada la utilización de estos manuales, que en profesionales de mayor experiencia. Creo que también es importante trabajar más y mejor ya desde los espacios formativos universitarios en la importancia de manejar no sólo los manuales de intervención, sino toda la normativa vigente relacionada a la práctica profesional (leyes nacionales, tratados y convenios internacionales; políticas públicas en el tema), y no sólo la del país en el que se trabaja, sino también las coordenadas regionales e internacionales.  Conocer, ampliar, fortalecer, los manuales y documentos relacionados al área de trabajo, luego tomar la distancia necesaria de ellos para permitirse adaptarlos, comprenderlos desde la situación singular de cada consultante.  Nuestra tarea es artesanal, y si bien, cada persona es única, singular, los manuales de intervención pueden ayudar a estructurar las intervenciones de manera ágil, oportuna y eficiente.

Considero importante dar el valor a estos manuales de intervención sobre todo si los mismos han seguido un rigor científico en su construcción. Importantísimo contar con capacitaciones y actualizaciones laborales para su uso técnico e institucional. Pues es sabido que lo que uno no conoce a fondo tiende a ser percibido como negativo.

Buenas noches desde Coronel Oviedo, Paraguay.

Los manuales de intervención son una eficiente herramienta para su utilizacion, porque en el trabajo que realizamos como terapeutas se ve fortalecido como optimizado por los temas abordados, ofreciendo una guia. Concuerdo en que en la genesis de la praxis en consultorio es la mas aceptada, por ser una recurso muy utilizado, en consonancia con el bagaje que ofrece la experiencia. Es oportuno revalorizar los espacios academicos para que desde la misma se realize una cualificada formacion en la respectiva area, en beneficio de todos. Hay que reconocer el gran trabajo que se realiza desde distintos estamentos en especial desde la CICAD OEA al ofrecer este tipo de espacios de aprendizaje, con lo cual vamos solidificando los conocimientos, ademas de volver a realizar una vitalizacion de estas herramientas tan significativas que cada dia se van actualizando mas como ser los manuales de intervencion.

Creo que son herramientas que todo terapeuta debe tener y dominar, ya que la problemática de adicciones cada ves esta en aumento, me pareció de gran utilidad lo que se brindo en este curso

Saludos buenas tardes !

Gracias por este grandioso manual  en tratamiento en adicciones. Como profesional en el aria , es una herramienta objetiva ,precisa. para trabajar en el campo de las adicciones ,es  un material complemento,  nos proporciona  todo un abordable de tecnicas,herramientas .De forma  clara y precisa ,para que cada profesional pueda implementarlo de manera objetiva, en cada una de las intervenciones en adicciones.

Por supuesto que los manuales de intervención son un valioso instrumento y herramienta en la práctica clínica, dado los procesos de investigación y estadística que los preceden. La estructuración de este conocimiento permite una mejor organización secuencial del proceder profesional en el diagnóstico, intervención y seguimiento. 

Debe considerarse que estos manuales son sólo una guía de apoyo que en ningún caso sustituye la formación académica, del mismo modo tener en cuenta la flexibilidad de la aplicación según sea la problemática a tratar, características del paciente, necesidades y objetivos. 

Respecto a la decreciente adherencia a estos manuales, no debemos dejar que nuestra experticia en el campo, a través de la práctica, demerite su uso. 

Concuerdo con nuestra compañera Maria Teresa, en que los manuales nos muy útiles como un instrumento de apoyo, no obstante, desde mi perspectiva, solo son guías, no se deben seguir siempre a raja tabla, ya que cada persona, cada caso, es diferente y como en todo, hay márgenes de error de los que se debe estar conscientes al momento de la práctica clínica y por ello la importancia de la ética y las terapias basadas en evidencia. 

Algo que que llamó mi atención del artículo y que considero preocupante, es la carencia de formación desde nivel licenciatura en cuanto a la importancia de las intervenciones basadas en evidencia. Me parece indispensable para un profesional de la salud saber la importancia y tener el conocimiento de qué son los niveles de evidencia, para actuar de manera responsable ante la problemática que presenta el paciente. Aunado a ello la constante actualización y preparación de los profesionales.

Y creo que justo por ello los manuales son una muy buena guía y un buen material de apoyo cuando se da la atención, ya que están o deben estar basados en evidencia. Sin duda, esto no significa que es obligación del profesional utilizar siempre un manual y tampoco que al utilizarlo no se debe ser flexible ante las particularidades de cada paciente y del contexto en el que se encuentra, de lo contrario creo que no habría mayor beneficio para el paciente.

El incremento paulatino de los trastornos mentales en la población en general y más aún en el contexto de la pandemia, evidencia con mucho más rigor la falta de profesionales especializados en Salud Mental para cubrir la brecha de atención en nuestra población, lo que le da un valor agregado a la creación, uso y actualizaciones permanentes de los Manuales de  Intervención en Salud Mental, herramienta que permite tener un panorama más claro y directo en la guía de la atención de las patologías de nuestros usuarios, entrenando a los profesionales de la Salud Mental no especializados, aumentando sus destrezas para una atención más calificada de dichas patologías, ayudando en el abordaje en la  para la solución de sus problemas. Como estrategia individual, de autoaprendizaje, desde mi perspectiva, ya que siendo médico general y no psiquiatra, me está dando resultados, pues me permite, evaluar, decidir y manejar a nuestros usuarios,  ya que vemos que cada vez son muchos más las personas que acuden a solicitar este tipo de atenciones y que teniendo a la mano estos manuales, podemos ayudarles de manera más satisfactoria en la resolución, alivio, tratamiento y seguimiento de sus trastornos mentales. 

Los manuales de intervención son una forma de lograr que los principiantes en formarse como profesionales de la salud mental lleven a cabo sus diagnósticos de una manera apropiada, sin embargo también cabe mencionar que en muchas ocasiones los profesionistas se quedan únicamente con los manuales de intervención, sin abarcar del todo la complejidad qué pueden llegar a tener algunos trastornos mentales. Por eso es importante que existan este tipo de cursos para dar una enseñanza apropiada sobre el uso responsable de los manuales de intervención. 

Una ventaja de los manuales de intervención es que utilizan evidencia científica, por lo que los diagnósticos pueden llegar a ser más adecuados, dependiendo la situación, que cuando únicamente se realiza una breve entrevista inicial u otro tipo de intervenciones breves, además de que con la ayuda de estos manuales es más fácil catalogar distintas características para después ubicarlas en distintos individuos. 

Considere  portante destacar que los manuales de intervención desde la parte clínica operativa deben no solo centrarse en proporcionar técnicas y estrategias terapéuticas, sino que deben enmarcar una atención prioritaria en la construcción de una alianza terapéutica efectiva entre el terapeuta y el paciente, lo cual permitirá una adecuada adherencia al tratamiento y nos ayudarán en la búsqueda de objetivos terapéuticos comunes, así mismo es vital revisar en los manuales las estrategias que se detallan en las mismas, ya que deben incluir un adecuado manejo de habilidades de comunicación, validación emocional, empatía, generar un establecimiento adecuado de metas, objetivos y resolución de conflictos.

Dentro de los manuales aporta mucho el proporcionar estudios de casos con ejemplos concretos, como aplicar estas estrategias en situaciones terapéuticas reales, ello nos ayuda a visualizar cómo se pueden implementar las estrategias en la práctica clínica y dan al terapeuta una orientación más clara del camino que deben tomar, esto sin duda es un plus adicional, con lo cual se garantiza contar con terapeutas capacitados, orientados y con herramientas necesarias para establecer relaciones sólidas y efectivas con sus pacientes, lo que a su vez mejora la efectividad del tratamiento.

Es importante realizar el análisis que plantea el estudio sobre que muchos profesionales pueden subestimar la importancia de utilizar manuales de intervención en su práctica clínica, debido a la experiencia y/o juicio clínico propio para proporcionar un tratamiento efectivo, por lo que consideran no prioritario o algo opcional.

Pongo en debate dicho análisis ya que el mismo puede nacer de algunos ítems que pongo a continuación de un analisis que se dió en algun momento con colegas y me parece importante mencionar:

1. Utilización  de experiencia propia: Aplicar las nociones de la experiencia previa y en su conocimiento adquirido a lo largo de su carrera para guiar su práctica terapéutica.
2. Percepción del manual como complemento: Se puede usar el manual como algo que puede complementar cada una de las prácticas diarias pero no como algo prioritario o necesario.
3. No Estandarización del tratamiento: Ya que muchos manuales proporcionan un marco estructurado con paso a paso. Podrían caer en un procedimiento no personalizado.
4. Demora en la práctica clínica: Los manuales pueden establecer tiempos más largos de aplicación

Espero sus opiniones. Saludos desde Ecuador.

En mi perspectiva, el uso de manuales en intervenciones es fundamental, siempre y cuando se mantengan actualizados y sean adaptables. Los trastornos por uso de sustancias son experiencias que varían entre individuos, lo que implica que un enfoque único no satisfará las necesidades de todos. Al contar con un manual base, este puede enriquecerse con las múltiples experiencias de profesionales de la salud, lo que a su vez aumenta su validez al adaptarse a las realidades regionales diversas. Además, conforme a las conclusiones del artículo, es esencial realizar más investigaciones para fomentar el diálogo entre investigadores y terapeutas, y así comprender cómo los profesionales de la salud definen e implementan la práctica basada en evidencia en la clínica, más allá de las concepciones teóricas de los investigadores.

Entiendo que desde una perspectiva institucional, la generación de un estándar para la atención es beneficioso tanto para los profesionales como para la organización que implementa políticas de calidad basado en estrategias como los manuales de intervención. considero que más allá de decirle a los profesionales de la salud mental que deben hacer, lo que estos manuales procuran es favorecer que el profesional no haga lo que no se debe hacer. todos los riesgos alrededor de implementar manuales de atención no tienen que ver con los manuales en sí mismos, si no con las instituciones que por un lado que pueden privar a los usuarios de alternativas plurales para la atención de personas que usan drogas y por el lado de los profesionales, se puede prestar a un tema de visión de túnel que no permita maniobrar en el espacio terapéutico de manera razonable y razonada. Del mismo modo la tecnificación de la que las instituciones pueden hacer presa a través de los manuales puede resultar en la precarización de la práctica clínica. Como insisto y en concordancia con las conclusiones del paper, los manuales no son ni buenos ni malos, son las instituciones y quienes los utilizan quienes ponen en riesgo la práctica clínica, independientemente del modelo o corriente elegida. 

La falta de disposición para utilizar los manuales de intervención puede atribuirse a varios factores. Uno de los principales es la percepción de los profesionales de la salud mental de que seguir un manual restrictivamente puede limitar su creatividad y flexibilidad en la práctica clínica. A menudo, los terapeutas prefieren adaptar las intervenciones según las necesidades y características individuales de sus pacientes en lugar de adherirse estrictamente a un manual preestablecido.

Además, algunos terapeutas pueden sentir que los manuales de intervención no abordan completamente las complejidades y especificidades de cada caso clínico, lo que los lleva a buscar otras fuentes de conocimiento y técnicas que consideren más adecuadas.

Otro factor importante puede ser la falta de familiaridad o comodidad con el formato y el contenido de los manuales, lo que puede dificultar su aplicación efectiva en la práctica clínica.

Para abordar esta situación, es crucial fomentar una cultura en la que los profesionales de la salud mental vean los manuales de intervención como recursos complementarios y flexibles que pueden adaptarse según las necesidades individuales de los pacientes. Además, proporcionar capacitación y apoyo continuo en el uso de estos manuales, así como fomentar la reflexión sobre su utilidad y eficacia en la práctica clínica, puede ayudar a superar las barreras percibidas y promover su uso efectivo para mejorar la atención a los usuarios de salud mental.

Es cierto que muchos profesionales confían en su experiencia y juicio clínico para proporcionar un tratamiento efectivo, lo que puede llevar a percibir los manuales como algo opcional o no prioritario. Además, algunos pueden ver los manuales como complementos útiles pero no necesarios, ya que confían en su capacidad para adaptar las intervenciones según las necesidades individuales de sus pacientes.

La preocupación sobre la falta de estandarización del tratamiento y el riesgo de caer en procedimientos no personalizados es válida. Los manuales suelen proporcionar un marco estructurado con pasos a seguir, lo que puede limitar la flexibilidad y la individualización del tratamiento. Además, el tiempo requerido para aplicar los protocolos establecidos en los manuales puede ser percibido como una barrera para la práctica clínica eficiente, especialmente en entornos con alta demanda y recursos limitados.

En última instancia, creo que es importante encontrar un equilibrio entre utilizar la experiencia y el juicio clínico del profesional y aprovechar los recursos proporcionados por los manuales de intervención. Los manuales pueden ser herramientas valiosas para guiar la práctica clínica y asegurar la consistencia y la calidad del tratamiento, siempre y cuando se utilicen de manera reflexiva y adaptativa para satisfacer las necesidades individuales de los pacientes.

 Concuerdo la información compartida, es importante que exista una guía o referencia de intervención en el tratamiento de personas con uso y consumo de sustancias que le brinde un carácter científico a la intervención, además de consolidar información importante.

Es importante también reconocer la participación de instituciones publicas -responsables de la salud mental- en la creación de políticas publicas que permitan generar manuales y guías de intervención que regulen las intervenciones de los profesionales de la salud mental.

Si bien es cierto, el uso de manuales de intervencion son recursos importantes en el tratamiento, la realidad es que en la practica se presentan dificultades que no se encuentran expresadas en el contenido de dichos manuales. Por tal razon, es importante tomar los elementos base de los manuales para tener una base teorico/practica solida, pero no dejar de lado las habilidades terapeuticas que permiten poder abordar posibles contingencias y mantenerse conecto y con una adecuada relacion terapeutica con los pacientes.